Este domingo 1º. de diciembre, el mundo conmemora nuevamente el Día Mundial de la lucha contra el VIH, fecha en la que las organizaciones de salud a nivel mundial buscan fomentar conciencia sobre el VIH/Sida y la prevención de esta enfermedad que pretende ser detenida como amenaza a la salud pública en el año 2030, meta establecida por la Organización de las Naciones Unidas y consagrada en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Lograrlo no es tarea fácil pues más allá de lo científico, esta lucha requiere de voluntad política y de mayor igualdad en la disponibilidad de recursos económicos para enfrentarla, especialmente en países de regiones como Europa oriental, Asia central, Oriente medio, norte de África y América Latina, donde para alcanzar resultados efectivos toca apelar más concienzudamente a la solidaridad mundial.
Aunque en general se ha hecho un importante trabajo, al punto que, según cifras de ONUSIDA, en 2023 menos personas contrajeron el VIH que en ningún otro momento desde finales de la década de 1980. En 2023 casi 31 millones de personas recibían tratamiento antirretroviral vital, un éxito de salud pública que ha reducido el número de muertes relacionadas con el sida a su nivel más bajo desde el pico alcanzado en 2004.
Estos datos contenidos en el Informe Mundial 2024 del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA), titulado La urgencia del presente: El sida en la encrucijada, demuestra que se va por buen camino, pero que se debe trabajar en aspectos puntuales, entre ellos la desestigmatización, como lo destaca la EPS colombiana Coosalud:
“La desinformación y el estigma sobre el VIH aún representan una gran barrera para la prevención y la atención temprana. Existen prejuicios hacia quienes se realizan pruebas de VIH y hacia quienes viven con la enfermedad, además de una falta de diálogo inclusivo y accesible en torno a este tema”, explica el doctor Enrique Mazenett Granados, gerente nacional de epidemiología de Coosalud, quien destaca la importancia de trabajar desde la prevención.
“La percepción errónea de que el VIH afecta solo a ciertos grupos y la incomodidad para hablar sobre sexualidad también dificultan la prevención. Por eso, constantemente trabajamos en campañas que buscan educar y movilizar a todas las personas hacia una comprensión más informada y libre de prejuicios”, agrega el especialista.
A través de este trabajo de concientización se lleva a los usuarios a actuar incluyendo pruebas de VIH en sus chequeos de salud periódicos y enfatizando que son medidas que nada tienen que ver con la orientación sexual o identidad de género. Incluso se recomiendan pruebas de VIH durante todo el embarazo para evitar la transmisión del virus al bebé.
Entre las medidas preventivas también se realizan charlas frenteras con la población adolescente con la campaña Sexualidad Sana COOntigo en la que se habla de reconocimiento de las situaciones de riesgos e identificación y cuidado del cuerpo, entre otros temas.
“Consideramos que una población informada es una población mejor protegida, por eso es clave hablar de las formas de transmisión y prevención, incentivar el uso del condón como la única medida efectiva para prevenir la enfermedad, promover su uso como parte de una vida sexual responsable y saludable; abrir espacios de diálogo y discusión sobre el VIH en distintos entornos sociales y familiares, eso sí, promoviendo una conversación inclusiva y accesible sobre el tema”, concluye el doctor Mazenett.
Recomendaciones
La lucha contra el VIH/Sida requiere un compromiso colectivo y sostenido. La educación continua y la promoción del uso de métodos preventivos son fundamentales para asegurar un futuro donde esta enfermedad no represente una amenaza para la salud pública.
Por eso es importante atender recomendaciones claves como:
Uso de preservativos: Se recomienda el uso consistente y correcto de preservativos masculinos o femeninos durante todas las relaciones sexuales.
Pruebas regulares: La realización de pruebas de VIH y otras infecciones de transmisión sexual es fundamental para el diagnóstico temprano.
Profilaxis previa a la exposición: Este tratamiento preventivo es eficaz para reducir el riesgo de infección en personas con alta probabilidad de exposición al virus.
Educación y sensibilización: Iniciativas comunitarias han sido implementadas para informar sobre el VIH y reducir el estigma asociado. Proyectos como los liderados por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) han capacitado a organizaciones locales para promover derechos sexuales y reproductivos.