“Si bien es un elemento esencial para el funcionamiento del organismo, el consumo excesivo de la sal está directamente relacionado con el desarrollo de hipertensión arterial, una condición que afecta a millones de personas alrededor del mundo y que se asocia a un mayor riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares como accidentes cerebrovasculares, infartos de miocardio e insuficiencia cardíaca”, explica Ana María Guzmán, líder nacional de la cohorte Cardiovascular de Coosalud EPS.
Además de su impacto en la salud cardiovascular, es importante destacar que el consumo excesivo de sal también está asociado a un mayor riesgo de desarrollar enfermedad renal crónica (ERC), condición que afecta la capacidad de los riñones para filtrar la sangre y eliminar toxinas del cuerpo. Esta enfermedad puede progresar silenciosamente durante años, hasta llegar a etapas avanzadas que requieren diálisis o, incluso, un trasplante renal.
Como agrega la profesional de Coosalud, “esta semana de sensibilización, busca alertar a la población sobre los peligros del consumo excesivo de sodio y educar sobre los hábitos alimenticios saludables que pueden ayudar a reducir su ingesta”, una clara invitación a no seguir tan al pie de la letra aquello de ‘póngale sal a la vida’.
Según la Organización Panamericana de la Salud el exceso de sal en la dieta incrementa la presión arterial causando aproximadamente el 30% de la prevalencia de hipertensión, y también se le ha vinculado con el cáncer de estómago, empeoramiento de asma, osteoporosis (huesos debilitados), cálculos renales, insuficiencia renal, y con la obesidad, ya que los alimentos salados causan sed, la que se quita consumiendo bebidas con un alto contenido de azúcar.
Solo Coosalud atiende en este momento a cerca de 250 mil pacientes con diagnóstico de hipertensión arterial a nivel nacional, estando el mayor número de estos en Atlántico con 41.669, Valle del Cauca con 41.492, Bolívar con 32.859, Santander con 31.483, Antioquia con 26.350, Norte de Santander con 21.573 y Magdalena con 18.701. Como dato adicional, los afrodescendientes son especialmente susceptibles a los efectos adversos de la presión arterial debido al excesivo consumo de sal.
Teniendo en cuenta la directa relación de la hipertensión con el consumo de sal, adquiere aún más importancia el objetivo de esta semana de fomentar la implementación de intervenciones basadas en evidencia para reducir el consumo de sal en la población y proteger la salud cardiovascular.
“La estrategia de atención en salud de Coosalud EPS se enmarca en acciones encaminadas a intervenir la gestión del riesgo, a través de diversos programas, entre estos, ‘Desde el corazón’, orientado a detectar y atender oportunamente los problemas que pueden afectar el corazón y el sistema circulatorio, como hipertensión arterial, diabetes, sobrepeso y aumento del colesterol, entre otros”, agrega Ana María Guzmán de Coosalud.
¡Es hora de poner el foco en la sal!
Según la Organización Panamericana de la Salud el consumo de sal/sodio en la Región de las Américas está muy por encima del límite recomendado. La Organización Mundial de la Salud estima que la ingesta media de sal en la población adulta de 25 años y más es de 8,5 gramos por día, lo que excede con creces el requerimiento fisiológico y es 1,7 veces superior a lo recomendado.
La presión arterial alta contribuye en al menos el 40% de todas las enfermedades del corazón y accidentes cerebrovasculares, que representan a su vez el 45% de las enfermedades no transmisibles. Se estima que el 20.7% y el 56.4% de la población adulta de 30 a 79 años que habita en los países que hacen parte de la OPS, tiene hipertensión. La reducción del consumo de sal es clave para bajar la presión arterial y por ende la mortalidad.
Otros datos claves suministrados por la OPS hablan de que el mayor número de muertes relacionadas con la alimentación, unas 1.89 millones de muertes por año, están asociadas con el consumo de sodio, al tiempo que hace eco de la recomendación de la OMS de consumir menos de 5 gramos de sal o 2,000 miligramos de sodio al día. Las personas consumen hasta el triple de esta cantidad y en todos los grupos de edad, incluso los niños.
Es urgente entonces trabajar en las líneas de acción de la Guía técnica para reducir el consumo de sal SHAKE, de la OMS, que contiene una serie de intervenciones, con las que se busca reducir el 30% en la ingesta media de sodio de la población, antes del 2025.